Las adicciones son muy variadas, y algunas más extrañas que otras. Una mujer se presentó en un programa sobre problemas de sobrepeso para hablar sobre su adicción a comer papel higiénico.
Micaela se presentó en el programa y, sin poder contener las lágrimas, confesó que siente un placer único al comer hojas de papel higiénico.
“Cuando estoy triste como papel higiénico, eso me llena”- dijo, contando que eso la ayuda en los momentos de mucha angustia y dolor a calmarse un poco, pero que luego la angustia regresa y necesita de más papel. Queda así atrapada en un círculo que solo pone en riesgo su salud ya que el cuerpo humano no está preparado para digerir la celulosa, componente del papel.
En el programa, Micaela mostró como prepara las hojas, doblándolas, para luego masticarlas y confesó un alarmante récord: en tres horas llega a comerse un rollo y medio de papel si se siente muy angustiada.
Su adicción viene de pequeña, cuando se metía papel en la boca para calmarse en el medio de las reacciones violentas de su padre alcohólico.
Actualmente se encuentra tomando medicamentos para controlar sus impulsos de ingerir papel. El doctor Cormillot, médico del programa, le ofreció tratamiento en su clínica y dijo que si bien la adicción de ella era poco común, no era tan extraña, ya que conoce casos de gente adicta al hielo, a la tierra y hasta al polvo de las persianas.